miércoles, 5 de agosto de 2009

Herido por el destino

Por Melissa Alvarez Barquero
Eran las 7 de la noche del miércoles 8 de julio en un bar en nuestra ciudad capitalina. Era una noche fría, el viento soplaba con fuerza. El bar, un lugar que encierra más de 100 años de historias, sería testigo de la reunión entre el escritor costarricense Mario Zaldívar y los estudiantes del curso de Estilos Especiales de Periodismo.
El bar Buenos Aires, en el cual se encuentran por primera vez los personajes del libro, es un lugar realmente viejo. La emoción de estar en el sitio donde tantas veces Violeta se encuentra con el doctor Salinas y con Mauricio España, hacían pasar desapercibidos los vidrios quebrados, los ventiladores sucios y viejos, las paredes gastadas. A pesar de no ser un lugar de moda, tiene un ambiente familiar que da la sensación de comodidad.
-Buenas noches-, dice el escritor.
Inmediatamente, cada uno de mis compañero, nos presentamos e hicimos un pequeño comentario acerca del libro. El escritor, con una copa de vino tinto “Gato negro”, camisa de cuadros con un lapicero en el bolsillo, anteojos, cabello canoso y en su barba refinada, sombrero que en conjunto con todas las prendas logra una apariencia intrigante, digna de un escritor; nos escucha atentamente y aprecia nuestras palabras.
Luego de la introducción, vinieron las preguntas. Como una fiel admiradora al libro, enciendo mi grabadora y escucho cada una de las respuestas para visualizar los pensamientos del escritor.
La pregunta de la parte erótica no se hizo esperar.
-¿Por qué el erotismo?-
El escritor humildemente responde:
-Porque sólo así puedo escribir.
En su niñez, donde conoció un sinfín de personajes e historias, empezó a interesarse por la literatura. Administrador público de profesión, don Mario es apasionado de las colecciones de música popular y de la guitarra.
Conforme continuaba la tertulia, conocí poco a poco los detalles del autor. Detalles que me hacen admirar aún más sus obras.
-Hay que escribir con hacha-, dice don Mario entre risas.
Con esta frase de Juan Rulfo, el novelista explica que para la realización de Herido de Sombras, se requirió un año de trabajo, en el cuál la obra fue revisada por 3 especialistas en cada uno de los temas como es el virus del SIDA.
Ser convincente, utilizar un lenguaje sencillo y un final inesperado, son las mayores virtudes que don Mario aprecia en sus obras.
Y es que el autor logra despertar miles de sensaciones distintas y transportarnos al lugar de los hechos gracias a las descripciones que nos brinda.
“Herido de Sombras”, es estar herido por el destino de ser olvidado. Sangre, erotismo, música y fracaso; son elementos que encontraremos en esta novela “policíaca” del escritor costarricense, Mario Zaldívar; que sin duda conquistará nuestra atención y cautivará nuestra alma.

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