miércoles, 26 de agosto de 2009

LAS TABLAS COMPLEMENTAN MI VIDA

Por Andrea Morales
Después de entrevistar a Cristina, quedé con un muy buen sabor de boca. Es una mujer segura de sí misma, muy madura para su edad y con un don de conversación y de gente muy bien desarrollado. Cité a la mujer de hermosa sonrisa y larga cabellera en la Soda Castro de San Sebastián, con fin de conocer un poco más de la cultura del teatro en Costa Rica. Entre carcajadas y chistes, pude ver que es una joven que irradia alegría en donde quiera que esté.

A eso de las cinco de la tarde, con el cielo coloreado de rosa y anaranjado, Cristina llegó al lugar convenido. Venía sola, con un pantalón azúl oscuro de mezclilla, botas negras de gamuza y una blusa del mismo color que hacía resaltar su rubia cabellera, se notaba un poco inquieta, aun cuando sus negros lentes de sol le ocultaban la mirada.

Sin embargo, cuanto tuvo en frente su deliciosa ensalada de frutas, con gelatina, chocolate capuchino, maní y melocotones adicionales, la noté más relajada.

A sus 22 años, Cristina es una de las actrices principales del Teatro Molliere, en San José. Su carrera la inició en el año 2004, cuando por coincidencia puso por primera vez, sus pies en un teatro como espectadora.

Después de una pequeña charla coloquial, le pregunté:

-- Cristina, ¿qué te impulsó a estudiar teatro?
-- No sé (ríe), en realidad todo fue por accidente. Una vez mi mamá me llevó al Melico (Salazar) a ver “Chingos o nada”, y me encantó. Ese día me reí como nunca y desde ahí le tomé gusto al teatro. Después, vi en el periódico un anuncio que indicaba que se estaban impartiendo clases y yo pensé que las iba a dar un actor que me encantaba… bueno, ¡que me encanta! (se carcajea), era Geovanni Linares. Entonces me animé a ir, más que todo por conocerlo, pero después me di cuenta que quien impartía la clase era El Gato (Jaime Castro, su profesor), el actor nacional que más admiro hasta hoy.

Desde el momento en que Cristina decidió hacer del teatro parte de su vida, surgieron los obstáculos. En un principio su madre no estaba de acuerdo, pero después de extensas negociaciones, Cristina logró el permiso de su madre para tomarlo, en ese momento, como un hobby.

-- ¿Qué es lo que te gusta del teatro?
Con la mirada perdida y saboreando una cucharada de helado de fresa contestó:
-- Me gusta porque es un mundo fantasioso. Uno le da vida a muchos personajes con una sola “caja”, ninguno existe, pero es irónico porque de cada personaje que interpreto, hay algo que implemento en mi forma de ser. Es como jugar, somos como niños fingiendo ser alguien mas, como cuando uno jugaba de niño con los amigos del barrio.

Cuando le pregunté qué era lo que le disgustaba del teatro dudó, tomó poco más de diez segundos para contestar, y finalmente después de pensar su respuesta dijo:
-- Nunca había pensado en eso, pero creo que lo que me disgusta a veces es el ambiente tan irritante que hay. Todos siempre estamos vulnerables por el cambio de personalidad que tenemos que hacer a cada rato, entonces cuando nos agarramos por algún motivo, las peleas son muy fuertes, supongo que porque somos muy expresivos, no nos quedamos con nada y decimos, todos, las cosas como son. ¡Solo somos un montón de cabezones! (Rie a carcajadas)

El mes pasado, Cristina y su grupo presentaron una obra titulada “El enfermo imaginario”. Según ella misma comentó, fue una realización profesional. Esta obra fue escrita Jean-Baptiste Poquelin, más conocido como Molière, y nadie en Costa Rica se la había puesto en escena.

-- Al principio la íbamos a hacer original, pero la verdad, era muy aburrida. Es una historia de época, entonces había que hablar con el acento español de haceréis, estáis y no, era demasiado monótona. Pero la esposa de Gato, Rosible Carvajal transformñó el guió y la convirtió en una comedia, que si Molliere estuviera vivo, ¡se vuelve a morir del colerón! (Ríe ampliamente)

Había pasado ya casi media hora desde que llegamos a la heladería, al principio la notaba un poco curiosa, como queriendo saber qué iba a preguntarle para brindarme una buena respuesta. Pero conforme íbamos conversando, la fui notando mucho más relajada.

Cuando me disponía a preguntarle acerca de las características del público costarricense, se adelantó y me dijo:

-- Sabes Andre, lo mejor de hacer teatro, es que haces a la gente reir o asustarse, provocas una reacción. Lo bueno y lo malo del público tico es que, la mayoría del tiempo, solo por comedia se les llega. Aquí una obra de Romeo y Julieta no pega, por eso es que casi todos los títulos de las obras están relacionados con sexo, morbo, y así. De ahí que el teatro tenga fama de ser o depravado o inmensamente aburrido, pero la gente que no ha ido no sabe de lo que se ha estado perdiendo, porque en realidad es muy, muy divertido.

Rapiditas
¿Hijos? –Talvez ¿Rencor? –No aplica
¿Animal? –Los amo ¿Felicidad? –La tengo
¿Futuro? --Próspero ¿Amor? –Un regalo
¿Sykes? – Oportunidad ¿Teatro? --Magia
¿Familia? –Apoyo ¿Amigos? --Estrellas
¿Sexo? –Mmm!! ¿Matrimonio? – (nerviosa)
En estudio
La fiel admiradora de su profesor Jaime Castro (El Gato) tiene un sueño. Ella desea poder consolidar su grupo de teatro con el fin de ser independientes para poder alquilar un lugar y presentar sus propias creaciones. Es consciente de que eso sería a largo plazo, pero no pierde la esperanza. Además, ella tiene un objetivo, Cristina desea poder inculcarle a los costarricenses la cultura del teatro, mostrar que no tiene nada que ver con las etiquetas que la gente les pone, sino que es un arte y sobretodo, una sana diversión que evoca la mejor cura para todo mal: la risa.

--Cristina, ¿qué me puedes adelantar de las obras que presentarás en diciembre?

-- No puedo adelantar mucho porque la idea es que vayan a verla sin saber que esperar. Solo diría que son dos obras excelentes, de verdad la gente que tiene una muy buen rato garantizado. “Vamos a contar mentiras” es una comedia muy bien lograda y “Trampa Mortal” promete emociones que pocas veces se han visto en Costa Rica.

En diciembre próximo, estrenará dos obras teatrales de las cuales me confesó, que por su temática, es uno de los retos más significativos de su vida profesional hasta hoy. Cristina va a desarrollar el papel protagonista de la obra “Trampa Mortal”, un thriller dirigido por Jaime Castro que se estará presentando en el Teatro Molliere. Además, próximamente estarán desarrollando en el Centro de recreación El Castillo, la obra “Vamos a contar mentiras”, comedia dirigida por el mismo actor.
  • Nombre Completo: CRISTINA GAMBOA RODRÍGUEZ
  • Edad: 22
  • Profesión: ACTRIZ DE TEATRO
  • Domicilio: SAN SEBASTIAN, SAN JOSÉ
  • Lugar de trabajo: TEATRO MOLLIERE, SYKES

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